CAS: EL CORAZÓN DEL ISAAC

Este programa se construye con una serie de experiencias y actividades encaminadas en fortalecer la educación integral de los jóvenes de 2do y 3ro de bachillerato y uno de sus componentes es el Servicio. Nuestra institución se ha comprometido con el trabajo de voluntariado en diferentes fundaciones que necesitan de nuestro contingente.

Hace cuatro años, los directivos del UEIN me asignaron un nuevo reto en mi carrera profesional, el de coordinar el programa de CAS y Participación Estudiantil. Como todo reto, me causó incertidumbre y ansiedad pensando en afrontarlo de la mejor manera. Lo primero fue el formar un gran equipo de trabajo con personas que, aunque realizaban diferentes actividades nos unía la vocación de servicio y el amor a nuestro colegio. Hoy puedo mirar hacia atrás con mucho cariño y satisfacción y hacia adelante con ilusión y alegría, proyectándome siempre en dirección a nuevas metas y actividades.

Llevo más de 20 años como docente de Matemática y Física y ahora con esta nueva misión, he tenido la oportunidad de conocer a los estudiantes en una faceta muy espiritual y humana. Ha sido satisfactorio conocer el lado sensible y solidario de nuestros jóvenes, con la realización de actividades que posiblemente nunca antes las habían ejecutado, pero en las que ponen todo su empeño para que las cosas salgan de la mejor manera. Organizan programas en la fundación de ayuda a los pacientes con cáncer, en donde han podido ver las condiciones físicas y anímicas de las personas disminuidas por los invasivos tratamientos a los que se someten. Organizan bingos u otros juegos de mesa buscando animarlos y divertirlos con tanto éxito, que cuando los chicos llegan al lugar, todos los pacientes se apresuran a salir de sus habitaciones y piden que se queden más tiempo. Que hermoso es ver a los nuevos amigos riendo y alegrándose con las ocurrencias de nuestros chicos y al despedirse sentir un gran abrazo de agradecimiento.

Otra de las actividades realizadas es ir al convento de San Francisco a brindar el desayuno a alrededor de 500 personas de escasos recursos. Su labor inicia con la recolección de los insumos para elaborar dicha comida. Piden colaboración a los compañeros de otros cursos, hacen solicitudes a empresas para conseguir descuentos o donaciones, venden cupcakes en el colegio para obtener fondos y luego, el día asignado preparan el desayuno y lo entregan con mucho cariño y respeto. Regresan cansados, pero con la bendición y el agradecimiento de todas aquellas personas que acuden al convento y totalmente satisfechos con la idea de que la próxima vez podrán realizar nuevas y diferentes tareas.

Estoy convencida de que las diversas actividades que realizan nuestros estudiantes en las fundaciones, aportan en su formación, con experiencias de vida que seguramente les hará mejores seres humanos y con la esperanza de que fuera de las aulas, las prosigan con sus familias y de esta manera puedan continuar brindando alegría, apoyo y amor a quienes más lo necesitan.